domingo, 19 de octubre de 2014

Abuelita







Más poemas de Héctor Gagliardi en:

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Poema ''El sembrador'' de Rafael Blanco Belmonte





SEMBRANDO


De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no se si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.

—¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa?— dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

»Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

»Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».

Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
—«¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...»

sábado, 18 de octubre de 2014

sábado, 11 de octubre de 2014

Cuento adaptado para teatro

Sueños de semilla

De Jorge Bucay




(Adaptación para guión de teatro por: Brandon – 2° grado de telesecundaria)

PERSONAJES: Narrador, Semilla y Árbol

La semilla (bajo un enorme y magnifico árbol)

Acto único

Escena 1

(Apenas amanece, un árbol de grandes y muy sabrosas ciruelas suelta una grande y bonita semilla, que al caer se desmaya y se queda dormida.)

SEMILLA: (Pensando en sus sueños) Adentro pero muy adentro de mi mundo interno, siento como si fuera una semilla, pequeña e insignificante pero con algunas ventajas que pueden servirme de algo en especial.
Y cuando me veo por dentro siento que seré un árbol esplendido y magnífico.

ÁRBOL: ¡Yo soy mi propio árbol! (sintiendo algo de alegría). Por lo que veo cada semilla tiene su propio árbol dentro de sí y cada quien se sabe transformar en un árbol, absorbiendo los jugos que las alimentan, expanden sus ramas y el follaje, dan flores y frutas, dan lo que tienen que dar.

NARRADOR: Cada semilla tiene un tipo de sueño secreto, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar y crecer para luego poder dormir para siempre solamente con el objetivo de ser árboles. Esos árboles sabios le dicen a sus semillas que escuchen su destino.

SEMILLA: Los sueños te indican en cada momento de la vida, los dolores, los placeres, los triunfos, los fracasos, etc. Esos sueños te enseñan a vivir la vida.

NARRADOR: Nos muestran los caminos a seguir y algún día esa semilla de nuestro sueño se transformará en un gran árbol.

TELÓN

martes, 5 de agosto de 2014

lunes, 30 de junio de 2014

Mi gato




Un gato es valiente
Un gato es escurridizo
Se cree el Dueño de los Ratones
Se cree el Dueño de mi felicidad


PERLA

Gatito de ojos verdes


Mi querido gatito de ojos verdes
eres todo para mí 
mascota adorada
querida


Contigo viajo por todo el mundo
Mi gatito querido de ojos verdes.



ANDREA ALIZANYEL



La gracia del podcast